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sábado, 27 de abril de 2013

El Capitán Beto, primer minisatélite argentino, sale al espacio


Capitán Beto, el primer minisatélite argentino, creado por las empresas Satellogic e Invap con recursos del Ministerio de Ciencia y Tecnología, estaba a punto de ser lanzado anoche, pasada la hora 1.
Emiliano Kargieman, de 37 años, responsable del "Capitán Beto", eligió ese nombre en homenaje al músico Luis Alberto Spinetta, quien falleció en 2012, cuando ya los ingenieros trabajaban en el desarrollo del minisatélite argentino.
"Sí, es un homenaje al Flaco. Además, como hincha millonario no me disgusta que la letra mencione el banderín de River", dijo a Télam el principal ejecutivo de la empresa Satellogic, que creó el artefacto junto con la estatal Invap.
"El Capitán Beto es más chico que una caja de zapatos, dará una vuelta a la tierra cada 93 minutos, y cualquier radioaficionado del mundo podrá conectarse con él y bajar datos porque no tiene fines comerciales", describió.
Kargieman, casi licenciado en Matemáticas y también en Filosofía, pasó sus últimos 20 años creando empresas de tecnología, y con Satellogic, fundada en 2010, apunta a "desarrollar nuevos modelos de negocios para democratizar el acceso al espacio".
Explicó que para bajar los costos de esa actividad, la empresa sigue dos caminos: usar componentes más baratos, que ya se usan en la electrónica de consumo, y hacer los satélites más pequeños y livianos, lo que abarata mucho su transporte. El Capitán Beto no tiene componentes nanotecnológicos, su designación de nanosatélite obedece a una convención internacional, que así categoriza a los artefactos de hasta diez kilos de peso.
Hasta el momento funcionan unos 60 nanosatélites de Estados Unidos, Canadá, Japón, Corea del Sur y países europeos. El argentino y el ecuatoriano con el que compartirá el viaje son los primeros de Latinoamérica. "En muchas de las tareas que estamos haciendo tenemos el liderazgo mundial", destacó el empresario. Kargieman dijo que "este lanzamiento abre el camino a muchas aplicaciones potenciales, desde científicas y de tecnología hasta misiones de experimentación en biología y materiales".
"Los próximos pasos serán crear una red de empresas del país para desarrollar la cadena de valor de la actividad espacial, que puedan adaptar sus procesos para la ingeniería espacial", explicó.
"Y que más científicos vean que una misión argentina al espacio no requiere de tanto dinero", concluyó.

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