Naves extraterrestres en la Tierra

En abril de 1954, el Presidente de los EE.UU. Teniente General Dwight Eisenhower, junto a un plantel de científicos, militares, políticos, investigadores, etc, durante 48 horas inspeccionaron, analizaron y enmudecieron de sorpresa en la Base Aérea Edwards en Muroc, ante los estudios que realizaron sobre dos discos voladores. Tanto el Presidente como los científicos espantados observaron ena tecnología aérea mil años más avanzada a la humana.
Naves suspendidas en el aire, silenciosas, partían como centellas al espacio. Sus materias densas se desvanecían en segundos, volviéndose invisibles, contrayéndose sus dimensiones y expandiéndose su forma física ente sus ojos sin ningún ruido en absoluto. De pronto surgían de la nada como fantasmas aéreos sin el mínimo sonido de turbinas ni motores y menos aún algún boom sónico.
El 16 de abril de 1954, uno de los asesores rompió su juramento y envió un informe amplio al investigador Mead Laine de San Diego, California, donde sin dar los nombres de los integrantes describió que jamás había visto a tantos seres humanos en estado de colapso y confusión total, como en esa oportunidad. Brillantes cerebros científicos lucharon inútilmente para encontrar una explicación racional a lo que habían comprobado, frente al pandemonium mental y emocional experimentado en tal investigación.