Los medios suecos especulan con ello. Los restos de un ovni podrían haber quedado depositados en las profundas aguas del Mar Báltico a tenor de las imágenes recogidas y del misterio descubierto por Peter Lindberg, la misma persona que se topó en 1997 con el submarino Jönköking, un carguero sueco en cuyo interior se encontraron 2.500 botellas de un champán, intactas, dedicadas a la flota imperial rusa.
Cuentan los medios suecos que se trata de una extraña forma circular de unos dieciocho metros de diámetro y que se encuentra a 90 metros de profundidad, recoge este lunes ABC.
En realidad, los expertos piensan que se trata de un objeto artificial situado entre Finlandia y Suecia.
Su descubridor, Peter Linderberg, conocido y reputado investigador, afirma que "jamás" ha visto "nada como esto". Entre tanto, crece la leyenda, pero lo cierto es que nadie ha viajado hasta el fondo del Botnia y se teme que se trate de una estructura redonda de fabricación humana.
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