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martes, 28 de agosto de 2012

EXPERIMENTOS Y CARRERA ESPACIAL NAZI HABRÍAN DESPEGADO DESDE CHILE SEGÚN ESPAÑOL


Tecnologías antigravitatorias, armas secretas de gran poder y una carrera espacial que habría dejadoplacé a Rusia y EE.UU. es la que los nazis de la Segunda Guera Mundial habrían desarrollado en Sudamérica, según el escritor español Felipe Bontoya. El autor va algo más allá al postular que losAndes chilenos, el territorio antártico y la Colonia Dignidad eran bases de operaciones del Tercer Reich, lugares que también funcionaban como pistas de despegue de platillos voladores de fabricación alemana.
Otras colonias repartidas por la Patagonia Argentina, Paraguay y Brasil también habrían contado con este tipo de arsenales que fueron pesquisados por EE.UU., potencia que habría inventado un grab volador de luces teorizando con OVNIS extraterrestres para desviar la atención de una escalada militar que pudo haber cambiado la historia, según el escritor.
Tales tecnologías incluían motores capaces de vencer la gravedad aplicados a naves de forma circular, fuentes de energía desconocidas por los aliados con la meta de viajar a la Luna e investigaciones nucleares que apuntaban a un inminente desarrollo de una bomba atómica que el fin de la guerra, en 1945, frustró. Esta tesis de Botaya es parte del relato "Kolonie Waldner 555", que es el fin de una tetralogía que desclasifica estas conspiraciones históricas matizadas con algo de novela y ficción.
ESCALADA MILITAR MADE IN CHILE
Sudamérica eran las bases de un gran complejo cuyo centro de operaciones estaba ubicado bajo tierra en la aldea de Ludwigsdorf, junto a la frontera checa. "Utilizaron una física exótica que no tiene nada que ver con la que llamaban la física judía, de Albert Einstein y Robert Oppenheimer. Hicieron descubrimientos muy innovadores para aquel momento y que incluso lo serían en la época actual", dice el escritor sobre aparatos como la mítica Die Glocke, más conocida como "La campana".
Éste ingenio sobre el que hay más mitología que certezas era una estructura gigante en forma de campana que funcionaría con un combustible radiactivo llamado Xerum 525 y que permitía generar un campo antigravedad y propulsiones meteóricas.
La forma de este mito y el bombardeo de la paranoia ufológica encontrarían un punto en común con avistamientos en esta "zona caliente" que es el Cono Sur. "No tengo ninguna duda de que el fenómeno ovni tiene un origen terrestre. Otra cosa es que nos lo hayan vendido como marciano", asegura Botaya.
Ya en 1941, hubo un informe de la inteligencia estadounidense que advertía sobre la amplia presencia de fuerzas alemanas en América del Sur, lo que llevó, dice Botaya, a crear las bases de EE.UU. en Brasil para contrarrestar una amenaza, que sobrevivió al conflicto, explica.
En su libro, Botaya novela la eventualidad de que estas fuerzas nazis, "que tras la guerra se ocultaron en poderosas corporaciones multinacionales", hubieran alcanzado la Luna ya en 1945 desde Colonia Dignidad, en Chile. 

Tal idea, según el autor, alimenta las dudas sobre las misiones espaciales norteamericanas como la del Apolo XI y otras dudas como la abrupta interrupción de lacarrera espacial de parte de las dos potencias más grandes del mundo hace cuatro décadas. "¿Para qué construir una estación espacial internacional, desplegando una ingeniería colosal en el espacio, cuando puedes ocupar una base natural como es la propia Luna, a la que se tarda en llegar apenas tres días? Quizá porque alguien ya lo hizo antes", se pregunta.

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